domingo, 15 de mayo de 2011


Era la hora.
Te interrumpo, te odio, y a veces te doy golpes eléctricos,
Te pisoteo, te enterriero y dejo mi huella en ti, verde inmesidad de tierra
Vengo a escribir, a tallar tu árbol. Seno enorme entre el agua.
Es un caballo ¡no!
Es un río ¡sí!
Un rio pisoteado y mezclado con el cemento de los rinocerontes de hierro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario